martes, 18 de noviembre de 2014

EL ETERNO DEBATE



¿Dios o azar? Éstas son las mayores incógnitas actuales de la ciencia que se han vuelto a plantear en Tenerife el pasado mes de septiembre, con motivo de la celebración del Festival Starmus, un festival de una semana de duración centrado en la visión puramente científica del origen del universo. Hasta allí, grandes de la élite científica actual, astronautas, premios Nobel y algunos músicos de renombre, se han reunido en torno a un debate sin precedentes… La polémica vuelve a estar servida.

Una cita donde, entre otras ponencias (y por ironías de la vida), el prestigioso físico británico Stephen Hawking jugó a ser Dios negando con rotundidad la existencia del mismo, afirmando cosas como que ‘ningún aspecto de la realidad está fuera del alcance de la mente humana’. Y lo dice una persona de 72 años con una enfermedad motoneuronal relacionada con la esclerosis lateral amiotrófica diagnosticada a los 21 años y que, por ello, debería llevar unos 50 años muerto según la ciencia.

La ciencia actual presenta teorías que pretenden prescindir de Dios en el origen del universo y miles de científicos de todo el mundo las avalan. Ciencia y razón contra religión y fe. Y yo, como siempre, me pregunto: ¿por qué debemos elegir? ¿Por qué debemos separar ambas cosas? Si, como dijeron los grandes místicos, Dios es indefinible, impensable e inimaginable… ¿cómo explicar algo que sólo se puede sentir desde la experiencia? ¿Cómo puede formarse el universo y todo cuanto existe a partir de una explosión, tal y como explica la teoría científica del Big Bang? ¿Puede salir orden del caos? ¿Acaso no se encierra una sabiduría en todo lo que nos rodea, incluyéndonos a nosotros mismos, que sólo ha podido ser diseñada y creada por una inteligencia superior?

Yo creo que la fe es algo innato. Algo que se ve y se siente y no necesariamente está ligada a cuestiones culturales o de tradición familiar. En mi caso, al menos, no ha sido así. Crecí bajo la conciencia absoluta de la existencia de un ser superior, creador de todo cuanto existe, sin la presencia de ninguna clase de imposición religiosa ni haber seguido adoctrinamiento en dogma alguno. Tal vez nos venga dado, a unos, y sea adquirido, por otros. Tal vez. El caso es que me resisto a prescindir del sello de la mano de Dios en todo cuanto es y somos. Porque decir lo contrario es afirmar que nuestra vida, la de los todos los seres que habitamos esta Tierra, no tiene un propósito. Porque no saber de dónde venimos, qué hacemos aquí y hacia dónde vamos, no hace sino que crear una mayor sensación de desconcierto y desánimo en la sociedad actual.

Creo rotundamente que el ser humano es mucho más que lo visible y manifiesto de su condición. Estamos dotados de cuerpo, mente y espíritu, y todos hemos venido a la Tierra con un propósito. Tanta grandeza no puede provenir de una pobreza. Sabios de todo el mundo llevan décadas avisándonos de que esto es así. La realidad es que siempre han habido farsantes que han tratado de encubrir la verdad. El ser humano ha tenido que echar mano de su propio discernimiento para llegar a lo genuino y verdadero, además de haber contado también con seres de luz cuyos testimonios tenemos a mano y que son noticia todavía.

Como planteaba antes, ¿por qué debemos elegir? ¿Por qué debemos separar ambas cosas: ciencia y fe? La Dra. Elisabeth Kübler-Ross, una de las mayores expertas mundiales en estudios sobre la muerte y los cuidados paliativos, afirmaba la existencia de un mundo espiritual donde el ser sigue existiendo tras abandonar el cuerpo físico. Creencia que defendió hasta el último momento. Estas afirmaciones, llevadas a cabo en múltiples conferencias donde el tema base eran las experiencias cercanas a la muerte y sus fases, basadas en experiencias científicas, estudios personales y multitud de testimonios, no le ocasionaron más que humillaciones por parte de compañeros de oficio.

Por otro lado, la Dra. Marilyn Rossner, colega de la anteriormente citada y colaboradora del Dalai Lama y Teresa de Calcuta, está considerada una de las mejores médiums del mundo aunque su actividad no se circunscribe exclusivamente a sus facultades precognitivas. Rossner es doctora en Ciencias de la Educación y en Educación Especial, experta en terapias de conducta y directora del Departamento de Psiquiatría del Hospital de Montreal (Canadá), entre otras cosas. Gracias al don que posee también lleva décadas dando conferencias por todo el mundo sobre temas tan trascendentales como son la muerte, la reencarnación, la importancia del perdón y, sobre todo, la existencia de Dios como Creador y Sabiduría Suprema.

El tiempo que las grandes almas han profetizado es ahora. Vivimos una etapa donde toda mentira sale al descubierto. Es el triunfo de la conciencia sobre el instinto. Un tiempo donde absolutamente nada puede cambiar la verdad, pero donde la verdad puede cambiarlo todo. Estoy segura que la paz que todos ansiamos está cerca. La crítica, la venganza, la ira, el odio y la incomprensión serán borrados para siempre. Y todo esto en el espacio tiempo: aquí y ahora. Gracias a Dios.